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    Allopurinol 300mg (20 comprimidos)

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    Descripción de Producto

    El alopurinol es un fármaco que en medicina humana se utiliza para reducir el nivel de ácido úrico en plasma y orina debido a que inhibe una determinada enzima implicada en su formación. En medicina veterinaria, en este caso particular en los perros, se trata de un fármaco que se utiliza en combinación con antimoniales o miltefosina para el tratamiento de la leishmaniosis.

    Si quieres conocer más acerca de este fármaco, continúa leyendo este artículo de ExpertoAnimal en el que hablamos del alopurinol para perros, sus usos, dosis recomendada y posibles efectos secundarios.

    ¿Qué es el alopurinol y para qué sirve?

    El alopurinol es un inhibidor enzimático que, más concretamente, inhibe la enzima que metaboliza la conversión de xantina a ácido úrico. No se utiliza solo, sino que actúa como coadyuvante del fármaco principal leishmanicida, antimonial o miltefosina, para intentar eliminar al parásito de forma completa de todos los tejidos. De esta forma, el uso del alopurinol en perros se reduce a uno: el tratamiento contra la leishmania.

    Este fármaco se administra vía oral y su tratamiento puede durar de 6 meses a un año. Hay casos, incluso, en los que se instaura un tratamiento más largo. En cualquier caso, se requiere una revisión y seguimiento del caso una vez instaurado el tratamiento, teniendo en cuenta que la frecuencia de revisiones la establecerá el veterinario, ya que según la gravedad de cada caso se debe individualizar.

    El tratamiento con alopurinol se debe personalizar según el paciente. Un ejemplo práctico sería miltefosina diaria durante 1 mes aproximadamente combinada con alopurinol diario durante 8 meses aproximadamente.

    Alopurinol para perros con leishmania

    Como hemos dicho en el apartado anterior, el alopurinol se emplea en el tratamiento contra la leishmania. La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria provocada por un protozoo que es transmitido por la picadura de un vector: el mosquito flebotomo. Se trata de una zoonosis, con una distribución mundial y es de carácter grave, por lo que además de las medidas de prevención que se emplean para disminuir su prevalencia (vacunas, collares y pipetas repelentes, moduladores de la inmunidad) se debe tratar a todos los perros que presenten dicha enfermedad.

    Los perros enfermos son aquellos que presentan signos clínicos y se confirma la infección por leishmania mediante diagnóstico laboratorial. Se trata de una enfermedad inespecífica, es decir, puede cursar con múltiples signos clínicos, por lo que es muy importante una buena anamnesis sobre la epidemiología del lugar donde habita el perro y de su estatus de protección frente a ella. Algunos de estos signos son: dermatosis costrosas y ulcerativas, cojeras, sangrado nasal, hiperqueratosis nasal y de almohadillas, letargo, etc. La enfermedad puede clasificarse como leshmaniosis visceral o leishmaniosis cutánea.

    Es común que, además de leishmania, el perro padezca otra enfermedad parasitaria sanguínea, ya que va muy ligada al nivel de protección de antiparasitarios de nuestro perro. Por ello, se debe comenzar a tratar la leishmaniosis una vez tengamos al perro estable, es decir, si la enfermedad ha causado anemia, insuficiencia renal, dermatitis, etc., hay que dar soporte a estas afecciones primero.

    La miltefosina y los antimoniales son fármacos leishmanicidas (eliminan el parásito)y su acción es más rápida e intensa, mientras que el alopurinol es leishmanistático (frena la multiplicación del parásito). Por este motivo, es habitual utilizar una combinación de estos fármacos. No obstante, cada vez son más los veterinarios que prefieren buscar alternativas al alopurinol debido a los efectos adversos que este fármaco presenta en los pacientes, y que veremos en los siguientes apartados.

    Dosis de alopurinol en perro

    La dosis de alopurinol para perros que se establece para el tratamiento de la leishmaniosis es de 10 mg por cada kg de peso cada 12 horas, es decir, dos veces al día.

    La presentación farmacológica que existe es de comprimidos de 100 mg y de 300 mg de alopurinol, por lo que nuestro veterinario nos indicará cuántas pastillas debemos administrar según el peso de nuestro perro. Igualmente, recordemos que debe ser el especialista quien determine la duración del tratamiento, el cual no debe paralizarse sin su previa aprobación.

    Efectos secundarios del alopurinol en perros

    Son dos los principales efectos secundarios que el alopurinol puede provocar en los perros que lo toman:

    • Xantinuria: cuando las purinas son degradadas por las enzimas correspondientes se forma la xantina y esta, a su vez, se transforma en ácido úrico. El alopurinol interfiere en la transformación de xantina en ácido úrico, que debe ser eliminado por la orina, por lo que se produce un exceso de xantina y su acumulacion.
    • Urolitiasis: el exceso de cristales de xantina puede producir agregados con materia orgánica y formarse urolitos (piedras). Estos urolitos son radiolúcidos, es decir, no se observan con una radiografía simple y se requerirá para diagnosticarlos una radiografía de contraste o una ecografía.

    Los signos clínicos que se pueden observar con estas patologías son:

    • disuria (dolor al orinar)
    • hematuria
    • incontinencia urinaria
    • obstrucción urinaria
    • dolor abdominal

    Hoy en día podemos encontrar piensos para perros fabricados específicamente para el tratamiento de la leishmaniosis. Se caracterizan por su contenido bajo en purinas, previniendo así la formación de cristales de xantina. Además, presentan sustancias que ayudan en la protección de las articulación, la piel y la inmunidad. 

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